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27 de novembre del 2018

El pan nuestro de cada día



“La cerveza es intelectual.
Qué lástima que tantos idiotas la beban”
Ray Bradbury


Digamos que deberíamos estar de acuerdo con el gran Bradbury, al menos, y más aún en estos días de corrección política, con la primera parte de nuestro epígrafe de hoy. Y es que la cerveza siempre ha sido intelectualmente menospreciada cuando se la compara con el vino

Y no es cosa de hoy en día. Ya los romanos, a pesar de que la conocían y bebían con cierta asiduidad, la consideraban una bebida de bárbaros del norte (que además cocinaban con manteca y no con aceite de oliva como ellos) y en las altas esferas preferían el vino para sus banquetes y, por supuesto, bacanales (fiestas en honor de Baco)

Pero cualquiera que entienda la cerveza y sepa de su historia sabrá que su mundo es complejo y fascinante
Para empezar, su descubrimiento se presume muy anterior al de la bebida extraída de la uva, habiéndose detectado restos arqueológicos de más de 9000 años a orillas del Nilo Azul

En alguna parte leí cierta vez que el primer alimento cocinado fue la cebada. Sea como fuere, lo más llamativo del nacimiento de la cerveza es que parece ser que está asociado al del pan. De hecho, en origen pan y cerveza debieron ser una misma cosa. Para poder moler el grano, este se mojaría. Las gachas resultantes de esto, más aún si se calentaban con piedras o se disponían en la proximidad de un horno, infusionarían el cereal y fermentarían de forma natural. Esto es el pan: harina de cereal, agua y un fermento. Pero el pan original no debía ser muy consistente, seguramente tenía un aspecto ciertamente viscoso. Y si al panadero se le iba la mano con el agua el pan habría que prácticamente beberlo. De esta forma se descubriría una bebida dulce (la introducción del lúpulo es muy posterior) y reconfortante

A partir de ahí sumerios, chinos y egipcios, y más tarde mercaderes de Flandes, monjes trapenses, alemanes, húngaros, belgas (y ahora cualquiera en su casa) fueron dando vida a un alimento que ha llegado a un nivel de sofisticación y a una variabilidad tal que supera con mucho en este último aspecto al vino

Por cierto, el yacimiento cervecero más antiguo encontrado hasta ahora en Europa está en Begues (Barcelona), en la cueva de Can Sadurní, y tiene unos 5000 años de antigüedad

Catar cervezas, entenderlas, es fascinante. Empeño mi palabra aquí para prometeros próximos posts ilustrativos sobre su mundo. Mientras llegan, tomemos otro vaso de pan fresco, aromático y burbujeante; bebamos el pan nuestro de cada día

Per Paco Balsera

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