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28 de setembre del 2018

Luna de vendimia (II). El lado oscuro

And everything under the sun is in tune
But the sun is eclipsed by the moon
Eclipse
Pink Floyd


Luna.

Control de mareas en acción conjunta al sol, fuente de vida en marismas y reguladora de algunos ciclos vitales como el gran orgasmo colectivo que inunda de esperma la gran barrera de coral australiana (conjunción de luz de luna llena y temperatura adecuada en la primavera austral).

Muchas corrientes de pensamiento actual nos cuentan que la luna (y otros astros) actúan sobre los cultivos de forma determinante.

La energía de la luna influye en la tierra, pero no hay que olvidar que de las cuatro Fuerzas de la naturaleza, la luna solo puede hacerlo mediante dos de ellas: electromagnetismo (en forma de luz) y gravedad.

La luz que una luna llena nos devuelve es del orden del 4% de la que recibe del sol. Esto nos hace poder caminar por el monte sin abrirnos la cabeza, pero no es suficiente para activar los cloroplastos de las células vegetales donde tiene lugar la fotosíntesis. Una farola da más luz que la luna.

En cuanto a la gravedad, esta es la Fuerza más débil de todas y se calcula por la ecuación que Newton nos regaló: producto de masas dividido por el cuadrado de la distancia. Las mareas se dan porque se tratan de dos masas inmensas interaccionando a gran distancia y porque una de ellas pertenece a un objeto de gran elasticidad (el océano).

Si trasladamos eso al interior de una uva, o incluso al de una botella de vino o una barrica, el resultado de aplicar la citada ecuación es irrisorio, totalmente despreciable. Tanto es así que podría compararse con la gravedad que ejercería un garbanzo a un metro de distancia. Hablar de influencia de otros astros situados a años luz de distancia solo debería provocarnos hilaridad.
Son por tanto falsos conceptos usados en Biodinámica como el de presión sobre los líquidos ejercido por efecto de la luna.

Es falsa también la supuesta influencia de las distintas fases solares. Unas de otras sólo se diferencian en la posición relativa del sol, en la hora de salida y ocaso y en la cantidad de luz que nos devuelve (y siempre en cantidad mínima): aunque no la veamos entera, os aseguro que entera está ahí arriba.

Per Paco Balsera

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